Llegados a este punto, es posible que te preguntes: entonces, ¿cuál de las teorías es la correcta? Pues probablemente todas y ninguna. Lo divertido de esta cuestión es que Apple no da respuestas, sino que despierta más preguntas. Quizá la "e" simplemente está ahí para que cada usuario la rellene con su propia historia y necesidad: economía para unos, esencia para otros y exquisitez para los más exigentes.
Lo que sí podemos afirmar es que el iPhone 16e no es simplemente otro móvil. Es una oportunidad para las empresas de elegir cómo quieren definirse a sí mismas tecnológicamente: prácticas, auténticas o exclusivas. Porque al final, sea cual sea la letra, lo que importa realmente es cómo esa tecnología mejora tu trabajo, tu productividad y, sí, por qué no, también tu humor al enfrentarte cada mañana a una nueva jornada laboral.