La Comisión Europea ha impulsado esta medida como parte de su estrategia por un mercado más sostenible, transparente y duradero. Hasta ahora, muchas decisiones de compra se tomaban basándose en procesadores, cámaras o diseño, pero la eficiencia energética, la reparabilidad o la durabilidad rara vez eran visibles de forma objetiva.
Con esta nueva etiqueta, el objetivo es triple:
• Empoderar al consumidor, permitiéndole comparar modelos más allá del marketing.
• Fomentar la competencia en sostenibilidad entre fabricantes.
• Reducir la huella ambiental del sector tecnológico a través de productos más duraderos y reparables.